Preparar mejillones es muy fácil y rápido. El tiempo de cocción no debe superar los 5 minutos, basta con hervir en agua abundante y esperar a que se abran. En esta vídeo receta, el cocinero Mario Sandoval nos cuenta además cómo preparar una salsa para la ocasión.
Cómo preparar los mejillones
- Antes de cocer los mejillones, eliminamos los restos de tierra. Si los dejamos la noche anterior en agua con abundante sal, soltarán toda su arenilla.
- Ponemos en agua y tapamos. Hervimos en agua durante 4 o 5 minutos. Si añadimos vino blanco y sal ayudaremos a que los moluscos se abran.
- Paramos la cocción introduciendo los mejillones en agua con hielo. Hay que quitar los que no se hayan abierto durante la cocción.
- Vamos a preparar ahora una buena salsa de queso como acompañamiento a nuestro plato de mar. Utilizamos el agua de cocción de los mejillones para su elaboración. Ponemos medio vasito junto con la nata líquida y el queso Havarti Madurado.
- Servimos los mejillones con la salsa de queso caliente.
Otras recetas con mejillones
¿Te gustaría preparar los mejillones con mantequilla? Te presentamos la receta de moules à la crème, un clásico de la cocina francesa.
¡Otra forma de preparar los mejillones! Descubre cómo se preparan los tigres o croquetas de mejillón Es una vídeo receta del cocinero Mario Sandoval.
Mejillones frescos, ¿sabes distinguirlos?
- Los mejillones se compran vivos y se cocinan vivos, por lo que deben estar muy frescos. La concha debe estar negra y brillante para garantizar frescura.
- Los mejor es que estén cerrados o medio cerrados. Si no es el caso, prueba a golpearlos suavemente, si reaccionan, es que están sanos.
- En el momento de la cocción, desecharemos también los que tengan la concha rota y los que no se abran solos en contacto con el calor.
- Una vez comprados, los mejillones deben ser cocinados cuanto antes. Para conservarlos, es mejor cocinarlos y conservarlos cocidos. Sin embargo es posible conservarlos hasta 2 días en el frigorífico. Para ello debemos mojar un paño en agua con sal, envolver los mejillones y hacer un nudo fuerte para que no se abran. Los colocaremos así en la zona menos fría del frigorífico, para que no mueran.