
Rollo de espinacas y queso
30 min
•
Tiempo de preparación 30 min
Me gusta experimentar, navegar por el mar de ingredientes que tenemos en la nevera y sacar con las mismas piezas otro juego con el que disfrutar. Las combinaciones son infinitas y, como por ejemplo un rollo de espinacas, al contrario que con algunos juegos de azar, ganar el premio es casi siempre la respuesta.
Cuando estoy preparando algo en la cocina no existe nada más, es mi refugio en el mundo, mi chaleco antibalas, es el lugar al que acudo cuando necesito pensar en nada. Supongo que desde bien pequeña mi madre me enseñó que la cocina es el lugar más maleable del planeta, es la sala de plastilina más grande del mundo. La cocina es lo que tú quieres que sea y también, además, lo que tú quieres ser porque somos -sin duda- lo que comemos.
Más de una vez he comprobado con rotundidad que si estamos juntas ‘amasando’ algún plato no existe nada más, conecto con la tierra y soy consciente de que cada ingrediente tiene un valor incalculable. Pienso en la magia de cada una de las capas de la cebolla, la poción mágica que conforman las semillas, la tierra y el agua para que todo eso ocurra con absoluta perfección. Y luego, claro, luego lloro como una magdalena mientras la corto no sé si de emoción o por obligación (risas).
El otro día navegando en la cocina puse sobre la encimera masa filo, espinacas frescas, queso cheddar y havarti loncheado y algún que otro ingrediente más que os cuento más adelante en el paso a paso y se me ocurrió que podía hacer una receta la mar de enrollada. Así que hoy os la traigo porque me ha parecido un invento para compartir, ¡que aproveche!
Cuando estoy preparando algo en la cocina no existe nada más, es mi refugio en el mundo, mi chaleco antibalas, es el lugar al que acudo cuando necesito pensar en nada. Supongo que desde bien pequeña mi madre me enseñó que la cocina es el lugar más maleable del planeta, es la sala de plastilina más grande del mundo. La cocina es lo que tú quieres que sea y también, además, lo que tú quieres ser porque somos -sin duda- lo que comemos.
Más de una vez he comprobado con rotundidad que si estamos juntas ‘amasando’ algún plato no existe nada más, conecto con la tierra y soy consciente de que cada ingrediente tiene un valor incalculable. Pienso en la magia de cada una de las capas de la cebolla, la poción mágica que conforman las semillas, la tierra y el agua para que todo eso ocurra con absoluta perfección. Y luego, claro, luego lloro como una magdalena mientras la corto no sé si de emoción o por obligación (risas).
El otro día navegando en la cocina puse sobre la encimera masa filo, espinacas frescas, queso cheddar y havarti loncheado y algún que otro ingrediente más que os cuento más adelante en el paso a paso y se me ocurrió que podía hacer una receta la mar de enrollada. Así que hoy os la traigo porque me ha parecido un invento para compartir, ¡que aproveche!

Preparación
Ingredientes
Masa filo
|
|
---|---|
Espinaca fresca
|
|
Cebolla
|
1 |
Eneldo fresco
|
|
Tomates cherry
|
|
Sal
|
|
Aceite de oliva
|
|
Pizca de cayena
|
1 |