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Solomillo Wellington de ternera: receta fácil

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Vamos a ver cómo preparar un Solomillo Wellington, con algunas variantes, ya que es una receta con muchas posibilidades.

Puede que, si no lo conoces, su nombre te suene a uno de esos platos engorrosos y complicados de hacer, pero nada más lejos de la realidad. Ya verás que, a pesar de que el resultado final es espectacular, el proceso es rápido y sencillo. Su ingrediente base es la carne, generalmente solomillo de buey, vaca o ternera.

Ingredientes del solomillo Wellington

  • Medallones de solomillo de ternera (aproximadamente, 2 piezas de 250 gramos).
  • 12 puntas de espárragos trigueros;
  • Un par de láminas cuadradas de hojaldre (de 30 centímetros de lado).
  • Media cebolla.
  • 100 gramos de champiñones.
  • Media docena de ajetes tiernos.
  • Mantequilla Lurpak.
  • Una cucharada de tomillo.
  • Una cucharada de pimienta verde.
  • Nata para cocinar (150 mililitros).
  • Queso de mantequería cremoso (2 lonchas).
  • Sal.
  • Un huevo.

Solomillo Wellington

Cómo se hace el solomillo Wellington

  1. Para empezar, vamos a elaborar la salsa con la que después cubriremos la carne. Para eso, pica los ajetes, los champiñones y la cebolla y dora todo en una sartén en la que previamente hayas puesto a calentar mantequilla. Cuando veas que todo está pochado, agrega tomillo, sal y pimienta. Cuando pase un minuto, añade la nata para cocinar y mezcla hasta que veas todo queda perfectamente integrado de forma uniforme. Reserva.
  2. Ahora, saltea las puntas de espárrago en una sartén y reserva también.
  3. Pon el lomo en la plancha y hazlo vuelta y vuelta hasta que veas que queda marcado. Después se terminará de hacer en el horno. Reserva.
  4. A continuación, pon sobre la bandeja del horno un papel especial para hornear y, encima de él, una de las láminas cuadradas de hojaldre. Ahora haz una cama con los espárragos sobre todo esto.
  5. Pon sobre la cama de espárragos uno de los medallones de solomillo y cúbrelo con una loncha de queso y con la mezcla con nata que has reservado previamente. Tapa todo con lo que queda de hojaldre y sella los extremos para evitar que se salga el relleno.
  6. Recorta la masa que sobre. Después puedes usarla para decorar.
  7. Bate un huevo y, ayudándote con una brocha de cocina, úntalo en la parte superior del hojaldre (guarda lo que te sobre para el otro lomo).
  8. Ahora repite todo el proceso desde el punto 3 con el otro medallón de solomillo.
  9. Cuando ya tengas los dos medallones de solomillo, precalienta el horno durante 5 minutos. Después, introdúcelos y hornéalos a 220º durante 20 minutos.

Ya hemos terminado: ya tienes tus solomillos Wellington. El resultado es uno de esos platos contundentes. Además, resulta realmente delicioso y jugoso.

Puedes servirlos enteros o en medias raciones. Esta es una excelente forma de prepararlos, pero no la única. Después te explicaremos cómo hacer otra riquísima variante.

Conocido también como solomillo de hojaldre, se dice que debe su otro nombre al duque de Wellington, que quedó tan encantado con la idea de mezclar carne con hojaldre y foie gras (la forma más genuina de hacerlo, que te explicaremos también algo más abajo), que pidió que estuviera incluído en todos los banquetes que fueran presididos por él.

Mucho tiempo después, el presidente Richard Nixon fue uno de los principales encargados de popularizarlo en Estados Unidos, ya que era uno de sus preferidos. Por supuesto, esa popularidad llegó también a muchos otros lugares. Después de estas pequeñas anécdotas ya va apeteciendo.

Con qué se puede acompañar el solomillo Wellington

Aunque el solomillo Wellington es lo suficientemente saciante y sabroso de por sí, no está de más acompañarlo con algo que le dé un perfecto toque final.

Algo que combina perfectamente con él es una buena salsa (por ejemplo, de vino). Si quieres que sea al estilo genuinamente inglés, entonces haz como ellos y acompáñalo de una salsa de frutos rojos o con mermelada de arándanos.

Una buena ensalada, unas patatas (asadas o fritas) o algunas verduras (por ejemplo, unos pimientos o espárragos trigueros), también son un perfecto acompañamiento para tu solomillo de hojaldre.

Por si estás indeciso ante todas estas alternativas, vamos a darte también la receta de una exquisita salsa para tu solomillo Wellington.

Salsa para solomillo Wellington (receta)

Esta salsa de complementa muy bien con este y otros solomillos. Lo cierto es que puedes utilizarla cuando cocines cualquier carne blanca o roja. Tardarás una media hora en tenerla lista.

Como puede recalentarse, tienes la opción de prepararla con antelación. Eso sí, en caso de hacerlo, es mejor que antes la diluyas con nata o con agua.

Ingredientes

  • 2 chalotas, picadas muy finamente.
  • Un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • Ramitas de tomillo fresco (de 2 a 4).
  • 2 dientes de ajo, picados muy finos.
  • Un litro de caldo de carne.
  • 250 mililitros de brandy.
  • 2 cucharaditas de mostaza (mejor si es “a la antigua”, o sea, la que se hace con los granos de mostaza enteros, mezclados con otros ingredientes).
  • 500 mililitros de nata líquida para cocinar.
  • 40 gramos de pimienta verde en salmuera (escurrida).
  • La mezcla de una cucharadita de harina de maíz con la misma cantidad de agua.

Solomillo Wellington

Elaboración de la salsa para solomillo Wellington

  1. En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega el ajo, las chalotas y el tomillo y sofríe hasta que veas que la cebolla está ya muy tierna (para que te hagas una idea, tardará unos diez minutos en estarlo).
  2. Cuando esté, retira la sartén del fuego, agrega el brandy y flambéalo prendiéndole fuego (por favor, ten mucho cuidado de no quemarte).
  3. Cuando la llama del flambeado se haya apagado, pon otra vez la sartén al fuego con intensidad media-alta y deja que se cocine hasta que veas que la salsa se ha reducido a la mitad.
  4. Ahora cuela la salsa ayudándote de un colador de malla fina a una cazuela más pequeña. Hazlo apretujando bien el ajo y la cebolla, desechando después las partes sólidas.
  5. A continuación, echa el caldo de carne, la mostaza y la nata líquida y mezcla todo. Deja que se cocine hasta que se reduzca a la mitad. La cantidad que debe quedar es unos 250 mililitros. Prueba para ver si está bien condimentada y rectifica si es necesario.
  6. Para que la salsa quede algo más espesa, agrega ahora la mezcla de harina de maíz y agua. Remueve durante un minuto o hasta que veas que queda con la suficiente consistencia. No obstante, la salsa continuará espesándose después de enfriarse.
  7. Cuando la consistencia y sabor de la salsa sean de tu agrado, añade los granos de pimienta verde en salmuera y mézclalo todo.

Y listo, ya tienes la salsa. Puedes servirla tibia o caliente, como prefieras.

Solomillo Wellington con foie

Ahora vamos a preparar una variante que haría las delicias del mismísimo duque de Wellington (el que, como ya te hemos contado antes, parece que fue uno de los primeros en popularizarlo), ya que se trata de la más genuina, con foie gras. La verdad es que es un poquito más laboriosa, pero merece la pena.

Ingredientes del solomillo Wellington con foie

  • Aproximadamente un kilo de solomillo de ternera.
  • Unas dos cucharadas y media de aceite de oliva virgen.
  • Una cucharada de mostaza (a ser posible, de Dijon).
  • Sal (mejor si es Kosher).
  • Pimienta negra molida.
  • Medio kilo de setas o de champiñones (o si lo prefieres, una mezcla de ambos ingredientes).
  • Cuatro cucharadas de mantequilla Lurpak tradicional (sin sal).
  • 2 cucharaditas de tomillo.
  • 2 chalotas.
  • 100 gramos de foie gras.
  • 1 vaso de brandy o coñac.
  • Nata para cocinar (un vaso).
  • 2 cucharaditas de salsa de soja.
  • Pasta filo (una hoja).
  • Harina (para enharinar).
  • 125 gramos de jamón serrano.
  • 400 gramos de salsa de hojaldre.
  • Un huevo batido.
  • 1 manojo de cebollino (para picarlo).

Solomillo Wellington

Preparación del solomillo Wellington con foie gras

  1. Salpimenta el solomill (obviamente con la sal y la pimienta) de forma generosa. Seguidamente, calienta dos cucharadas de aceite de oliva en una sartén a fuego alto.
  2. Cuando veas que el aceite comienza a humear, agrega el solomillo y márcalo hasta que veas que está dorado por ambos lados. Para que te hagas una idea, tardarás unos diez minutos en finalizar este proceso.
  3. Cuando esté dorado, saca el solomillo a un plato y deja que se enfríe.
  4. Mezcla en un bol pequeño la cucharadita de pimienta con la mostaza. Cuando veas que el lomo está lo suficientemente frío como para manipularlo, frota encima de toda su superficie esta mezcla de pimienta y mostaza que acabas de hacer. Una vez untado, mételo en la nevera sin cubrirlo.
  5. Ahora tritura los champiñones o las setas (o la mezcla de estos ingredientes) en una picadora hasta que veas que queda un puré. Echa este resultado a un bol y reserva.
  6. Ahora, en una sartén a fuego medio-bajo, derrite la mantequilla. Seguidamente, agrega el triturado de champiñones o setas y sofríelas. Remueve de vez en cuando. Déjalas hasta se hayan secado desprendiendo todo su líquido. Sigue cociéndolas hasta que veas que comienzan a dorarse.
  7. Ahora incorpora las chalotas (cortadas muy finas) y el tomillo. Continúa cociéndolas hasta que veas que se ablandan (calcula que tardarán unos dos minutos).
  8. Echa el brandy. Si es preciso, raspa también el fondo de la sartén ayudándote de una espátula de silicona.
  9. Reduce el brandy y, seguidamente, añade la nata y la salsa de soja. Continúa con la cocción hasta que veas que la salsa queda espesa. Remueve con frecuencia durante el proceso.
  10. Cuando la salsa ya esté espesa, salpimenta y échala en un recipiente. Mételo en la nevera.
  11. Ahora ha llegado el momento de salpimentar el foie. Después de hacerlo, ponlo en una sartén con aceite a fuego alto.
  12. Cubre un plato con papel de cocina y pon encima el foie ya hecho. Agrega ahora sobre él la grasa que se ha fundido al mezclar los champiñones (o setas).
  13. Con un cuchillo, parte el foie horizontalmente por la mitad. Ponlo en un plato y enfríalo durante una media hora.
  14. Mientras el foie se enfría, extiende papel film en una tabla de cortar y pon sobre él la pasta filo. Forra esto con el jamón en una capa fina.
  15. Encima de la capa de jamón, esparce la mezcla de champiñones (o setas) de forma uniforme.
  16. Reparte también uniformemente el foie en la parte superior del solomillo. Hazlo con mucho cuidado, enrollando el solomillo en el envoltorio de plástico (film) hasta que quede totalmente enrollado.
  17. Cuando tengas la carne completamente enrollada, envuélvela con un poco más de papel film. Para asegurarte de que queda totalmente apretado, tuerce los extremos. Mételos otra vez en la nevera.
  18. Ahora, en una encimera limpia, espolvorea la harina y extiende el hojaldre con un rodillo. Hazlo hasta que la anchura sea mayor que la del rollo.
  19. Desenvuelve el rollo de carne y ponlo en un extremo del hojaldre.
  20. Enrolla ahora la carne en la masa del hojaldre poniendo mucho cuidado para que no se rompa. Para que no se salga, dobla los extremos. Si hay trozos sobrantes, córtalos.
  21. Unta todo el hojaldre con el huevo batido y ponlo en una fuente apta para horno. Marca el hojaldre con un cuchillo de cocina y espolvorea sobre él la sal gruesa.
  22. Introduce la fuente en el horno y ponlo a 220º. Déjalo hasta que veas que el hojaldre se pone dorado y que la carne alcanza una temperatura aproximada de 50ºC. Calcula que tardará unos 45 minutos.

Y ya está: tú y el resto de comensales ya podéis disfrutar de vuestro delicioso solomillo Wellinton al foie.

Esperamos que estas variantes para preparar este solomillo Wellington de ternera te sean útiles a la hora de conocer o dar a conocer este exquisito plato, o también de probarlo de una forma diferente. El que lo descubre, generalmente, repite; y no es para menos.

Por supuesto, también hay otras formas de sacarle partido a tus solomillos. Por ejemplo, el solomillo a la pimienta, que también pertenece al grupo de las recetas que, además de ser muy sencillas de preparar, consiguen un resultado espectacular, ideal para cualquier momento especial (o para cuando te apetezca, por supuesto).

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